El último viaje: Cuando el tanatólogo se enfrenta a su propia muerte
La muerte como espejo
Hay personas que dedican su vida a estudiar la muerte, pero muy pocas tienen la oportunidad —o el valor— de poner su discurso en práctica cuando el final se acerca.
El doctor Federico Rebolledo, tanatólogo y figura central del documental El último viaje, fue una de ellas.
Durante años enseñó que “hay que hacer los perdones, preparar la maleta y estar listos para partir”. Pero cuando el cáncer terminal tocó su puerta, esa teoría se convirtió en su propia travesía espiritual.
El cineasta Rodolfo Santa María, sobrino del doctor, acompañó este proceso durante tres años de filmación (2019–2021), hasta su muerte. Lo que nació como un registro íntimo se transformó en una profunda reflexión sobre la dignidad, la ética y el poder de reconciliarse con el final.
Entre la ética y la emoción
Santa María aclara que El último viaje no pretende convencer al espectador de apoyar la eutanasia. Lo suyo no es un manifiesto ideológico, sino un retrato humano lleno de contradicciones.
El doctor, que siempre predicó la serenidad ante la muerte, se ve de pronto enfrentado a sus propios miedos, a la fragilidad del cuerpo y a la desesperación de su familia.
El documental muestra ese desajuste entre la razón y la emoción, entre el deseo de controlar la muerte y la realidad de no poder hacerlo.
“Nadie se quiere morir hasta que se está muriendo”, decía Rebolledo.
La frase, repetida a lo largo del filme, condensa el dilema universal de quien quiere decidir sobre su final sin perder el amor por la vida.
La eutanasia y el silencio de la ley
En México, la eutanasia sigue siendo ilegal. Los médicos que la practican, aunque sea por compasión, arriesgan su carrera y su libertad.
Rebolledo lo sabía. Por eso trabajaba con sedación paliativa, un procedimiento que alivia el dolor de manera ética, sin inducir directamente la muerte.
Santa María utiliza esa tensión como columna vertebral del documental: la compasión que choca contra la legislación, y la desesperación de las familias que solo quieren detener el sufrimiento de un ser querido.
El resultado no es un panfleto político, sino una mirada tierna y compleja sobre el derecho a morir con dignidad, sin culpas ni miedos.
Cine que acompaña
Filmado con la sensibilidad del cinéma vérité —ese estilo documental que observa sin intervenir—, El último viaje se siente como una conversación privada entre el espectador y el protagonista.
Santa María no empuja, no dramatiza, no invade. Deja que la cámara respire, que las pausas hablen.
El resultado es un retrato profundamente humano, donde la luz, el silencio y la mirada del doctor cuentan tanto como sus palabras.
El director describe el proceso como un acto de amor y despedida. Rebolledo fue, en sus palabras, “un cómplice total”, alguien que quería que su pensamiento sobreviviera más allá de su cuerpo.
Reflexión final
El último viaje no es solo un documental sobre la muerte, sino sobre la vida que aún late cuando la muerte se acerca.
Nos obliga a pensar:
- ¿Estamos preparados para irnos?
- ¿Sabemos acompañar a quien se va?
- ¿Qué significa, realmente, morir bien?
Quizá el legado más potente de Federico Rebolledo sea este: recordarnos que el verdadero tabú no es la muerte, sino la incapacidad de mirarla de frente con amor y conciencia.
🎞️ El último viaje
Dirección: Rodolfo Santa María
Duración: 90 minutos
País: México
Año: 2025
Disponible en cartelera nacional