Caroline Hampton Halsted y la Introducción de los Guantes Quirúrgicos: Un Legado en la Cirugía Aséptica

Los protocolos modernos de seguridad quirúrgica le deben mucho a una figura pionera que a menudo pasa desapercibida en la historia de la medicina: Caroline Hampton Halsted.

Caroline Hampton Halsted y la Introducción de los Guantes Quirúrgicos: Un Legado en la Cirugía Aséptica
Caroline Hampton Halsted y la Introducción de los Guantes Quirúrgicos: Un Legado en la Cirugía Aséptica

Los protocolos modernos de seguridad quirúrgica le deben mucho a una figura pionera que a menudo pasa desapercibida en la historia de la medicina: Caroline Hampton Halsted. Su lucha personal como enfermera quirúrgica fue el punto de partida de una práctica que hoy constituye un pilar de la técnica aséptica: el uso de guantes de goma en el quirófano.

Contexto Histórico: Del Sur Postguerra al Quirófano

Nacida en 1861 en una prominente familia del sur de los Estados Unidos—sobrina del General confederado Wade Hampton III—Caroline creció entre las ruinas de Millwood, la finca familiar destruida durante la Guerra Civil. En contra de las expectativas sociales de su época, decidió estudiar enfermería. Se graduó del New York Hospital en 1888 y al año siguiente fue nombrada jefa de enfermeras de quirófano en el recién inaugurado Hospital Johns Hopkins, bajo la dirección del renombrado cirujano Dr. William Halsted, figura central en el desarrollo de la cirugía moderna en EE.UU.

El Problema Clínico: Dermatitis y Antisépticos Agresivos

En esa época, los protocolos antisépticos incluían el uso de cloruro mercúrico y ácido fénico (carbol), sustancias eficaces contra los patógenos pero altamente irritantes para la piel. Caroline desarrolló una dermatitis severa por contacto, lo que ponía en riesgo su continuidad en el quirófano.

Halsted, reconociendo su competencia excepcional, solicitó a la compañía Goodyear Rubber la fabricación de guantes de goma delgados y a medida para proteger sus manos. Los guantes resultaron ser no solo eficaces para evitar el daño dérmico, sino también útiles por su flexibilidad, ajuste y mejora en la destreza manual.

De Solución Individual a Norma Aséptica

Pocos años después, hacia finales de la década de 1890, el Dr. Joseph Bloodgood, patólogo quirúrgico en Johns Hopkins y discípulo de Halsted, evaluó formalmente el impacto del uso de guantes. En una serie de más de 450 operaciones de hernia, Bloodgood documentó una reducción casi total en las infecciones postoperatorias. Propuso entonces el uso rutinario de guantes por todo el equipo quirúrgico, una práctica que hoy es estándar en cualquier ambiente operatorio.

Contexto Médico: De la Antisepsia a la Asepsia

La adopción de guantes quirúrgicos se enmarca en una transición histórica clave: del paradigma antiséptico al aséptico. Figuras como Oliver Wendell Holmes, Ignaz Semmelweis y Joseph Lister sentaron las bases de la limpieza médica. Lister, en particular, introdujo el lavado de manos y la desinfección con ácido fénico, lo que influyó fuertemente en Halsted.

Halsted, junto con colaboradores como Hunter Robb y Jan Mikulicz-Radecki, consolidaron un entorno quirúrgico estéril, incorporando el uso de batas, mascarillas y guantes, formalizando la asepsia como norma operativa.

Un Legado Personal y Profesional

Caroline y William Halsted se casaron en 1890. Aunque llevaban una vida muy reservada, su correspondencia revela una relación intelectual sólida y afectiva. Compartían sus veranos en “High Hampton”, su retiro en Carolina del Norte, donde Caroline gestionaba con eficiencia las labores agrícolas de la finca.

Caroline falleció solo dos meses después de la muerte de William, en 1922, cerrando así una de las colaboraciones personales y profesionales más influyentes—y discretas—de la historia médica.

Relevancia Clínica Actual

Hoy en día, los guantes quirúrgicos—ya sean de látex, nitrilo u otros polímeros—no solo son fundamentales para el control de infecciones, sino que también garantizan confianza operatoria y sensibilidad táctil. La historia de su adopción ejemplifica cómo la observación clínica, la adaptación empática y la evaluación científica pueden transformar la práctica médica.

Para los profesionales de la salud, la historia de Caroline Hampton Halsted no es solo un episodio histórico, sino un recordatorio de que la innovación muchas veces nace de responder con humanidad a los desafíos individuales.


Referencias:

  • Lathan SR. “Caroline Hampton Halsted: the first to use rubber gloves in the operating room.” Proc (Bayl Univ Med Cent). 2010;23(4):389–392.
  • Bloodgood JC. “Operations on 459 cases of hernia…” Johns Hopkins Hosp Bull. 1899.
  • Nuland SB. Doctors: The Biography of Medicine. Vintage Books; 1988.
  • Lister J. “Antiseptic principle in the practice of surgery.” Br Med J. 1867.